PF b) Febrero



    Le llevaron también niños, para que los tocara.  Los Apóstoles intervinieron apartando a los pequeños y riendo a las madres por molestar al Maestro con aquella chiquillería. Jesús, al darse cuenta, le pareció mal; llamó a los niños y reprendió a los Apóstoles:

    -Dejad que los niños se acerquen a mí, y no lo impidáis. De ellos y de los que se hacen como ellos es el Reino de Dios. En verdad os digo que quien no reciba el Reino de Dios como un niño no entrará en él. (más…)

Dios ha creado el mundo


    Existía, y quizá siga existiendo, un maravilloso reloj astronómico en la catedral de Estrasburgo. Fue construido hace varios siglos. Señala los días, meses y años; las fases de la luna y el movimiento de los astros. (más…)


    En el alma, pues, hay una lucha continua entre el bien y el mal. En cierta edad, en los años del desarrollo, esta lucha es extremadamente ruda; más tarde se mitiga algún tanto; pero nunca podemos decir que ya ha llegado a su fin. (más…)


    Había un enfermo llamado Lázaro, de Betania, la aldea de María y de su hermana Marta. María era la que ungió al Señor con perfume y le secó los pies con sus cabellos; su hermano Lázaro había enfermado. Entonces las hermanas le enviaron este recado:

    -Señor, tu amigo Lázaro a quien tanto amas, está enfermo. (más…)


       El profeta Elías era de elevada estatura, con cabello y barba hirsutos. Un día se presentó ante el rey Acab y con gran valentía le habló: «Vive Yavé, Dios de Israel, a quien sirvo, que no habrá en estos años ni rocío ni lluvia sino por mi palabra». Y es que el rey Acab había matado a todos los sacerdotes del Señor. (más…)


    Cuando se marcharon los tres médicos, el Hada se acercó a Pinocho, le tocó la frente y notó que tenía fiebre muy alta. Echó un polvillo blanco en un vaso de agua y se lo dio, diciéndole gentilmente:

    -Bebe esto y dentro de un rato estarás bien. (más…)


    En tiempos del rey Josías, el faraón Nekó II, rey de Egipto, subió contra el rey de Asiria, hacia el río Eúfrates. Pidió permiso al rey Josías para pasar por Judea. Éste no sólo le negó el paso, sino que salió a presentarle batalla. Josías murió en el combate y el faraón impuso como rey de Judea a Joaquim, con la obligación de pagarle tributos muy cuantiosos. Joaquim los pagó, exigiendo la plata y el oro al pueblo. Fue durante esta dura servidumbre cuando Nabucodonosor, rey de Babilonia, sometió a Judea y deportó a algunos judíos, entre los que se hallaba el joven Daniel. (más…)


   El amor que tienes a la Virgen, te empujará a rezar el Santo Rosario o alguno de sus misterios. Pero te encontrarás con esta dificultad: no tienes tiempo. Todo el día estás ocupado: clases, estudios, comida, ayudar en casa, atender a tus hermanos más pequeños… ¿Qué puedes hacer para superarla? Mira, el día es como un ladrillo hueco. Si piensas un poco, localizarás trozos de tiempo que no tienes ocupados: cuando vas y vuelves del colegio, al subir en el ascensor o por la escalera de tu casa, mientras preparan la mesa para comer o cenar, cuando haces un encargo y cuando bajas de casa para tomar el autobús ¡Aprovéchalos! Reza entonces, algún misterio del Rosario. Así no perderás tiempo y tu vida crecerá en amor a la Virgen.
   Miguel Ángel Cárceles. La aventura de acercarse a Dios. Juvenil Mundo Cristiano. (más…)


    Cascina Piana era un pueblo muy pequeño, rodeado de bosques y de prados, muy muy lejos de Roma, la conocida capital de Italia. Tan pequeño era el pueblo que se podían contar las casa con los dedos de tres manos. (más…)


    Después de esto, Moisés y su hermano Aarón fueron a encontrar al faraón y le dijeron:

       – Esto dice el Señor Dios de Israel: Deja ir a mi pueblo, a fin de que me ofrezca un sacrificio en el desierto.

       Respondió el faraón:

       – ¿Quién es ese Señor para que yo haya de escuchar su voz y dejar salir a Israel? No conozco a tal Señor, ni dejaré ir a Israel.

       Dio orden a los encargados de las obras para que trabajaran como esclavos, hasta agobiarlos con las faenas. (más…)


   Imagínate la escena. Es viernes. Tú y yo caminamos por una montaña cercana a la ciudad de Jerusalén. Llegamos a un recodo del camino. A lo lejos se oyen gritos de gentes. Nos miramos con sorpresa. Algo importante sucede. Apretamos el paso y llegamos a un monte. Es el Calvario. ¿Qué está ocurriendo? Jesucristo, Nuestro Señor, está en la Cruz. Con enorme cariño contemplamos su dolor. Nos apena ver la corona de espinas sobre su cabeza, sus manos y pies clavados en la Cruz, todo el cuerpo manchado con su sangre. Repasamos con la mirada. «¡Qué pocos le acompañan con amor!», comentamos. Sólo, junto a Él, su Madre, su amigo Juan y unas mujeres. Nos duele también su soledad. ¿Dónde están los leprosos, los paralíticos, los ciegos… los que han sido curados por el Señor? Es el momento de demostrarle su agradecimiento y de acompañarle. ¡Sus puestos están vacíos! Quizá estén en su trabajo, paseando por las calles de sus pueblos, con su familia. Pero tú y yo sabemos que su comodidad y su falta de amor no tienen excusa. ¿Dónde están Pedro y los otros Apóstoles? Tienen miedo a que les apresen, a que les señalen con el dedo y digan: «Aquí están los amigos de Jesús». Son cobardes. Su cobardía tampoco tiene excusa. Jesús es algo nuestro, no es un extraño. Por eso ¡nos duelen los puestos vacíos! (más…)


    Había una vez una tortuga que había perdido la memoria y no se acordaba del camino de regreso a su casa. Estaba perdida en el bosque y lloraba. Lloró tanto que el bosque empezó a llenarse de lágrimas. (más…)

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    En aquellos días se promulgó un edicto de César Augusto, para que se empadronase todo el mundo. Este primer empadronamiento fue hecho cuando Quirino era gobernador de Siria. Todos iban a inscribirse, cada uno a su ciudad. José, como era de la casa y familia de David, subió desde Nazaret, ciudad de Galilea, a la ciudad de David llamada Belén, en Judea, para empadronarse con María, su esposa, que estaba encinta. (más…)

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    San Esteban, lleno de gracia y de virtud, hacía prodigios y señales grandes en el pueblo. Se levantaron algunos de la sinagoga, llamada de los libertos y alejandrinos, a disputar con Esteban, sin poder resistir a la sabiduría y al espíritu con que hablaba. Entonces sobornaron a algunos, que dijesen: «Nosotros hemos oído a éste proferir palabras blasfemas contra Moisés y contra Dios. Y conmovieron al pueblo y lo levantaron ante el Sanedrín. Presentaron testigos falsos que decían: «Este hombre no cesa de proferir palabras contra el lugar santo y contra la ley». Fijando los ojos en él todos los que estaban sentados en el Sanedrín, vieron su rostro como el rostro de un ángel. (más…)

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    ¿Qué pensamos cuando decimos de alguien: es un joven de carácter? (más…)

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    «José era un hombre corriente, en el que Dios se confió para obrar cosas grandes. Supo vivir, tal y como el Señor quería, todos y cada uno de los acontecimientos que compusieron su vida. Por eso, la Escritura Santa alaba a José, afirmando que era justo. Y, en el lenguaje hebreo, justo quiere decir piadoso, servidor irreprochable de Dios, cumplidor de la voluntad divina. Otras veces significa bueno y caritativo con el prójimo. En una palabra, el justo es el que ama a Dios y demuestra ese amor, cumpliendo sus mandamientos y orientando toda su vida en servicio de sus hermanos, los demás hombres» (San Josemaría Escrivá. Es Cristo que pasa, n. 40) (más…)

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    Renato era un muchacho de diecisiete años; bueno, pero con poca voluntad y muy poco dominio de sus pasiones. Estudiaba en la Universidad de Pisa y su familia vivía en un pueblecito cercano a esta ciudad. Su padre, que era médico del lugar, no ganaba lo suficiente para mantener a su familia y costear los estudios de Renato. (más…)

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    Érase una vez una gran ciudad en donde la gente tenía pies y cabeza; allí vivía Mercedes con sus padres y su abuela que la quería mucho porque ella la había criado: le había dado alimento, entretenido, y principalmente, le había enseñado a trabajar en casa. (más…)

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     Después de todo esto, consultó David al Señor diciendo: ¿He de subir a alguna de las ciudades de Judá? Respondiole el Señor: Ve a Hebrón. (más…)

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    Javier estudia octavo de Básica. Últimamente está conquistando la virtud de la fortaleza. Lucha contra su desgana y logra comulgar a menudo. Tiene la alegría del que está venciendo sus dificultades para acercarse a Dios. Un día hablábamos sobre la Sagrada Comunión. De pronto me dijo: «Tengo una duda. ¿Cómo puedo preparar mi alma para recibir al Señor?». Me gustó su pregunta. Descubría, en ella, su interés por comulgar con amor. (más…)

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