San Esteban, lleno de gracia y de virtud, hacía prodigios y señales grandes en el pueblo. Se levantaron algunos de la sinagoga, llamada de los libertos y alejandrinos, a disputar con Esteban, sin poder resistir a la sabiduría y al espíritu con que hablaba. Entonces sobornaron a algunos, que dijesen: «Nosotros hemos oído a éste proferir palabras blasfemas contra Moisés y contra Dios. Y conmovieron al pueblo y lo levantaron ante el Sanedrín. Presentaron testigos falsos que decían: «Este hombre no cesa de proferir palabras contra el lugar santo y contra la ley». Fijando los ojos en él todos los que estaban sentados en el Sanedrín, vieron su rostro como el rostro de un ángel.
Entonces San Esteban pronunció un precioso y valiente discurso delante de todo el Sanedrín, y terminó diciendo: «Duros de cerviz, de corazón y de oídos, vosotros siempre habéis resistido al Espíritu Santo. Como vuestros padres, así también vosotros. ¿A qué profeta no persiguieron vuestros padres? Dieron muerte a los que anunciaban la venida del Justo, a quien vosotros habéis ahora traicionado y crucificado, vosotros, que recibisteis por ministerio de los ángeles la Ley y no la guardasteis».’
Al oír estas cosas sus enemigos se llenaron de rabia sus corazones y rechinaron los dientes contra él. El, lleno del Espíritu Santo, miró al cielo y vio la gloria de Dios y a Jesús en pie a la diestra de Dios, y dijo: «Estoy viendo los Cielos abiertos y al Hijo del Hombre en pie, a la diestra de Dios». Ellos, gritando a grandes voces, tapáronse los oídos y se arrojaron a una sobre él. Sacándole fuera de la ciudad, comenzaron a apedrearle. Los testigos depositaron sus mantos a los pies de un joven llamado Saulo. Puesto de rodillas, gritó con fuerte voz: «Señor, no les imputes este pecado». Y diciendo esto murió.
Aquel día empezó una gran persecución contra la Iglesia de Jerusalén. A San Esteban le recogieron algunos varones piadosos e hicieron sobre él gran luto. Por el contrario, Saulo, que más tarde se iba a convertir, devastaba a la Iglesia, y entrando en las casas arrastraba a hombres y mujeres y los hacía encarcelar.
Por Gabriel Marañón Baigorrí
Sugerencias metodológicas:
Objetivo: Vivir la fortaleza ante las dificultades.
Contenido: Fortaleza
La fortaleza es una virtud que consiste en vencer el temor y el miedo ante situaciones difíciles.
La fortaleza en el ser humano depende de dos cosas: de sus ideales y de su decisión de realizarlos. No todos los ideales se hacen realidad; pero todas las grandes realidades han comenzado en un ideal juvenil.
Fortaleza es «resistir», no ceder ante las influencias nocivas, soportar las molestias, entregarse con valentía a vencer las dificultades y «acometer» empresas grandes. Fortaleza es tener fuerza de voluntad para hacer, en cada momento, lo que se debe.
Actividades:
1. Los alumnos leen en voz alta el texto y el profesor comenta el Contenido.
2. Cada chico contesta por escrito a estas cuestiones:
a) ¿Qué decían los judíos sobornados?
b) ¿Qué dijo Esteban en su discurso?
c) ¿Qué visión tuvo Esteban?
d) ¿Quién era Saulo?
e) ¿Qué podemos aprender de Esteban?
3. Leer en voz alta las contestaciones de algunos alumnos.
Norma de conducta:
Acudiré al Espíritu Santo para que me comunique sus dones.
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Otros temas relacionados:
¿Qué es la fortaleza?
Plan de Formación
Febrero
CD con 4 programas educativos: Lectura rápida (1 y 2), Cálculo infantil y Lectura y ortografía
7, junio, 2012 at 8:17 pm
Estoy desidido comviar mi vida serca de dios quiero cambiar mi caracter
4, diciembre, 2012 at 11:02 pm
decididamente este pasaje sobre San Esteban Martir me deja gran enseñanza, hay que resistir las acechanzas del mal que siempre quiere destruir la obra buena de Dios, pero el mal no tiene la ultima palabra y aunque pareciera que ls malos ganan, Dios siempre tienen la última palabra y el AMoR-DIOS es mas grande que el mal y el pecado delos hombres. Gracias.
Marichu