comunion


    Al día siguiente de la multiplicación de los panes y de los peces, la multitud iba buscan a Jesús. Éste les respondió:

    – En verdad, en verdad os digo que vosotros me buscáis no por haber visto milagros, sino porque habéis comido de los panes y os habéis saciado. Trabajad no por el alimento que perece sino por el que perdura hasta la vida eterna, el que os dará el Hijo del Hombre.

    Jesús empezó a decirles que se preocuparan más por el pan que baja del cielo. Ellos entendieron que les hablaba del maná que sus antepasados habían comido en el desierto. Jesús les aclaró que los que comieron del maná, murieron; en cambio, el pan del que estaba hablando, darla vida eterna. Y concretó:

    -Yo soy el pan vivo que ha descendido del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá eternamente. Y el pan que yo daré es mi carne para dar la vida al mundo.

    -¿Cómo puede éste darnos a comer su carne? -se preguntaban disgustados.

    Jesús insistió dando más fuerza a sus palabras:

    -En verdad, en verdad os digo que si no comiereis la carne y bebierais la sangre del Hijo del hombre, no tendréis vida en vosotros: el que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna y yo lo resucitar‚ en el último día.

    Ante estas palabras muchos dejaron de seguirle. Y dijo Jesús a los Apóstoles:

    -¿También vosotros os queréis ir?

    -Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. Tú eres el Hijo de Dios -le contestó Pedro.

    (Juan 6, 22-71)

    (Texto adaptado por D. Samuel Valero. Biblia infantil. Editorial Alfredo Ortells, S.L. Valencia. página 196) 

    SUGERENCIAS METODOLÓGICAS

    Objetivo.- Agradecer que Jesús se haya quedado en la Eucaristía.

       Contenido.- Jesús les dice que aquel maná no era el pan del Cielo, porque quienes lo comieron murieron, y que su Padre es quien puede darles este otro pan del todo excepcional y maravilloso. Ellos le dijeron: Señor, danos siempre de este pan. Y Jesús les respondió: Yo soy el pan de vida; el que viene a Mí no tendrá hambre, y el que cree en Mí no tendrá nunca sed. El Señor tendrá buen buen cuidado en dejar bien claro, sin miedo a la confusión y al abandono que habrían que venir, que ese pan es una realidad. Ocho veces repite a continuación el término comer, para que no hubiera error posible. Cristo se hace alimento para que tengamos esa nueva vida, que Él mismo viene a traernos: el pan que yo os daré es la carne mía. No es un pan de la tierra, es un pan que baja del Cielo y da la vida al mundo. En la Sagrada Eucaristía nos hacemos «concorpóreos y consanguíneos suyos». La Eucaristía es la suprema realización de aquellas palabras de la Escritura: son mis delicias estar con los hijos de los hombres. Jesús Sacramentado es verdaderamente el Emmanuel, el Dios con nosotros, que se nos da como alimento para una nueva vida, que se prolonga más allá de nuestro fin terreno.

         (Fernández Carvajal, Francisco. Hablar con Dios. Tomo IV. Página 380 y 381. Ediciones Palabra.)

    Actividades.-

   Formar varios equipos nombrando un moderador y un secretario en cada uno.

   leer el texto y contestan a estas preguntas:

   a) ¿Qué diferencia hay entre el maná y la Eucaristía?

   b) ¿En qué consiste la Eucaristía?

   c) ¿Qué prometió Jesús al que comulga?

   d) ¿Por qué algunos dejaron de seguirle?

   e) ¿Qué dijo Pedro?

   f) ¿Cómo podemos recibir mejor la comunión?

   Los secretarios de los equipos leen las contestaciones a la pregunta f).
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