Al anochecer se puso a la mesa con los doce discípulos. Y mientras comían dijo:

       – En verdad os digo que uno de vosotros me va a traicionar.

       Tomando la palabra Judas, el que iba a entregarlo, dijo:

       – Acaso soy yo, Rabí?

       – Tú lo has dicho -contestó Jesús.

    Cuando Judas salió del cenáculo dijo Jesús:

    -Ahora es glorificado el Hijo del Hombre y Dios en él. Hijos míos, poco tiempo me queda de estar con vosotros.

    Concluida la cena, Jesús tomó uno de los panes, dio gracias, bendiciéndolo y luego lo repartió diciendo:

    -Tomad y comed, éste es mi cuerpo que se entrega por vosotros. Siempre que hagáis esto hacedlo en memoria mía.

    Luego tomó el cáliz con vino, dio también gracias y tras bendecirlo como el pan, lo entregó, diciendo:

    -Bebed todos de él, porque ésta es mi sangre del Nuevo Testamento, que ser derramada por muchos para la remisión de los pecados.

    Jesús les dio un nuevo mandamiento:

    -Amaos los unos a los otros como yo os he amado.

    A Pedro que habla hecho alarde de seguirle hasta la muerte, le dijo que antes del canto del gallo lo negaría más de tres veces. Alzando los ojos al cielo oró diciendo:

    -Padre, llegó la hora. Te he dado a conocer a los hombres para que tengan vida eterna. Te ruego por éstos que me diste, y por todos los que han de creer en m¡ por su predicación. Que el amor con que me has amado esté en ellos.

    (Mateo 26, 26-35; Juan 14-17)

    (Texto adaptado por D. Samuel Valero. Biblia infantil. Editorial Alfredo Ortells, S.L. Valencia. página 224) 

   SUGERENCIAS METODOLÓGICAS

   Objetivo.- Agradecer la institución de la Eucaristía.

   Contenido.- Jesús se queda con nosotros para siempre en la Sagrada Eucaristía, con una presencia real, verdadera y sustancial. Jesús es el mismo en el Cenáculo y en el Sagrario. En aquella noche los discípulos gozaron de la presencia sensible de Jesús que se entregaba a ellos y a todos los hombres.

    El modo de tratar a quienes nos rodean es el distintivo por el que nos conocerán como sus discípulos. Nuestro grado de unión con Él se manifestará en la comprensión con los demás, en el modo de tratarles y servirles. «No dice el resucitar a muertos, ni cualquiera otra prueba evidente, sino ésta: que os améis unos a otros». «Se preguntarán muchos si aman a Cristo, y van buscando señales por las cuales poder descubrir y reconocer si le aman: la señal que no engaña nunca es la caridad fraterna.(B. Baur, En la intimidad con Dios, Herder, Barcelona 1973, p.246).

   Actividades.- 

    1. Leer en voz alta este texto.

    2. Contestan a estas preguntas:

   a) ¿Qué hizo Jesús con el pan y qué dijo?

   b) ¿Y con el cáliz con vino?

   c) Escribe el mandamiento nuevo.

   d) ¿Cuándo dice el sacerdote las palabras de Jesús?

   e) ¿Cómo podemos comulgar mejor?

    3. Escribir en la pizarra las contestaciones a la pregunta e).
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