Y habiendo cruzado de nuevo Jesús en la barca hasta la otra orilla, se reunió una gran muchedumbre a su alrededor mientras él estaba junto al mar. Viene uno de los jefes de la sinagoga, de nombre Jairo y, al verlo, se echa a sus pies, y le suplica con insistencia diciendo: Mi hija está en las últimas. Ven, impón tus manos sobre ella para que se salve y viva.
Jesús se puso en camino junto a Jairo y la multitud lo apretujaba mientras iban caminando. Una mujer se acercó por detrás y tocó la orla de su túnica. Jesús preguntó:
-¿Quién me ha tocado?
-¿Te estrujan por todas partes y preguntas que quién te ha tocado? -le interrogó extrañado Simón Pedro.
Jesús seguía mirando en derredor suyo.
La mujer, al verse descubierta, y sintiendo que estaba curada, se postró a los pies de Jesús: le contó ante todo el pueblo que padecía hemorragias desde hacía doce años, y que se había gastado todo en médicos sin lograr curarse.
-Ten confianza; tu fe te ha curado; vete en paz -le dijo.
Aún estaba hablando cuando vinieron a avisar a Jairo que su hija acababa de morir; que no molestara al Maestro. Lo oyó Jesús y dijo a Jairo:
-No temas; solamente cree.
Llegaron a la casa y toda ella era un tumulto de gente que se lamentaba y lloraba. Jesús echó a todos fuera. Entró donde yacía muerta la niña, tomó su mano y exclamó:
-Niña, a ti te digo, ¡levántate!
Se levantó y se puso a andar. Jesús dijo a sus padres que le dieran de comer y les mandó que no lo contaran a nadie.
(Marcos 5,21-43)
(Texto adaptado por D. Samuel Valero. Biblia infantil. Editorial Alfredo Ortells, S.L. Valencia. página 192)
SUGERENCIAS METODOLÓGICAS
Objetivo.– Pedir a Jesús que nos aumente la fe.
Contenido.- La historia de Jairo muestra también la fe del archisinagogo que vence las dificultades que van surgiendo, alentado por Jesús. Su hija está a punto de morir y por eso pasa por encima de su posición social y ruega a Jesús que vaya a curarla. Después de esto, por dos veces, ante la noticia de la muerte y las burlas, Jesús alienta su fe con palabras o con gestos. Finalmente, la fe de Jairo se ve recompensada con la resurrección de su hija. «Quién sabe dar buenos dones a sus hijos nos obliga a pedir, buscar y llamar (…) Esto puede causar extrañeza si no entendemos que Dios nuestro Señor (…) pretende ejercitar con la oración nuestra deseos, y prepara la capacidad para recibir lo que nos ha de dar» (San Agustín, Epist. 130,16-17).
(Sagrada Biblia. Nuevo Testamento. EUNSA. Ediciones de la Universidad de Navarra. 1999. Página 168. Nota 5,21-43.)
Actividades.-
Leer en voz alta el texto y comprobar su comprensión.
Unos alumnos hacen una redacción sobre la hija de Jairo y otros sobre la hemorroísa.
Varios alumnos leen sus redacciones.
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9, noviembre, 2009 at 3:46 pm
pueden poner un canto hermosisimo a la casa de jairo laa casa de jairo hiba jesus una gran multitud iba tras el una podre mujer yena de fe no miro la multitud fue y le toco se tu cual la mujer qe fue y toco el borde delvestido de jesus .:creo qe asi dise me encantaria eschucharla