Dios le dijo a Jonás:

    -«Vete a Nínive, la gran ciudad, y predica en ella pues son muchos sus pecados».

    Mas el profeta, para huir del mandato de Dios, bajó a Jope, pagó el pasaje y se embarcó en un navío que zarpaba para Tarsis (sur de España). Se desencadenó una tormenta tal que los marineros, por miedo a naufragar, arrojaron al mar la carga para aligerar la nave. Cada cual invocaba a su dios. Jonás se refugió en la bodega y dormía profundamente. Lo encontró el capitán y le mandó que se levantara e invocara también a su Dios.

    Sospecharon que aquella tormenta era un castigo de los dioses, y echaron suertes entre ellos para saber quién era el culpable. Recayó en Jonás quien les contó todo y les pidió que lo arrojaran al mar. Inmediatamente vino la calma. Dios mandó un gran animal marino para que se tragara a Jonás. Tres días y tres noches lo llevó en el vientre hasta que lo vomitó en tierra firme. De nuevo le dio Dios la misma orden y Jonás se encaminó a Nínive. Tres días costaba recorrer la ciudad. Entró en ella y empezó a predicar anunciando: «Dentro de cuarenta días Nínive será destruida».

    Los ninivitas hicieron caso a Jonás y se arrepintieron de sus pecados. Se enteró el rey de Nínive y descendiendo de su trono, se despojó del manto regio y se vistió con la tela basta y ceniza. Publicó un edicto invitando a todos los habitantes a que clamasen a Dios con todas sus fuerzas, ayunaran y se arrepintiera cada uno de su mala vida y de sus injusticias. «¡Quién sabe si Dios se volverá atrás y no pereceremos!»

    Cuando vio Dios que se arrepentían de su perverso proceder se compadeció de ellos y no llevó a cabo la destrucción.

        (Jonás)

    (Texto adaptado por D. Samuel Valero. Biblia infantil. Editorial Alfredo Ortells, S.L. Valencia. página 118) 

    SUGERENCIAS METODOLÓGICAS

    Objetivo.- Aprender de memoria el Credo.

   Contenido.Milagros

    La señal que pedían los judíos pudo haber sido un milagro u otra acción prodigiosa; querían que Jesús confirmara con espectáculo lo que predicaba con sencillez. Pero el Señor les contesta anunciando el misterio de su Muerte y Resurrección, sirviéndose de la figura de Jonás. «No se le dará otra señal que la del profeta Jonás». Con estas palabras Jesucristo muestra que su Resurrección gloriosa es la «señal» por excelencia, la prueba decisiva del carácter divino de su persona, de su misión y de su doctrina.
    Cuando el apóstol San Pablo (1 Cor 15,3-4) confiesa que Jesucristo «resucitó al tercer día según las Escrituras» -con palabras que literalmente han pasado al símbolo Niceno-constantinopolitano, que es el Credo  que se recita en la Santa Misa-, sin duda está aludiendo principalmente a este pasaje. También vemos otra alusión a la figura de Jonás en las palabras del Señor, pronunciadas poco antes de su Ascensión: «Así está escrito: que el Cristo tiene que padecer y resucitar de entre los muertos al tercer día» (Lc 24,45-46).

    (Sagrada Biblia. Santos Evangelios. Ediciones Universidad de Navarra, S. A. Pamplona. 1983. Página 268. Nota 39-40.)

    Actividades.- 

1. Loa alumnos van leyendo mientras el profesor explica el Contenido. Luego contestan a estas preguntas:

             a) ¿Qué le mandó Dios a Jonás?

             b) ¿Qué le ocurrió por desobedecer a Dios?

   c) ¿Qué pasó con el animal marino?

             d) ¿Qué predicaba en Nínive?

             e) ¿Cómo se arrepintieron los ninivitas?

2. Tres alumnos leen sus respuestas. 

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